Virgen La Milagrosa

Muy santa Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. La letra « M » es la inicial de María, la cruz es la Cruz de Cristo. Los dos signos enlazados detallan la relación indisoluble que existe entre Cristo y su Madre Muy santa. María está socia, a la misión de Salvación de la humanidad por su Hijo Jesús, y participa con su compasión en el mismo sacrificio redentor de Cristo. Las parejas que vivan en la Parroquia y deseen casarse, tienen que presentarse unos tres meses antes de la fecha de la boda en el Despacho Parroquial para informarse sobre su tramitación y documentos que deben presentar.

Pero con frecuencia se ignora que las visualizaciones de la Capilla de la Calle del Bac prepararon los enormes hechos de Lourdes. Leamos la aparición y el mensaje que en ella se nos comunica, escrito por exactamente la misma santa Catalina Labouré. En la calle del Bac, número 140, en pleno centro de París, está la casa madre de la Compañía de las Religiosas Hijas de la Caridad, que fundaran san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillach. Catalina halló alguna resistencia, pero al final la Medalla fue acuñada, en 1832, en precisamente 1500 especímenes, pero rápidamente su poder se manifestó con numerosas curaciones y conversiones, tanto que fue preciso realizar millones de copias. También los papas Gregorio XVI y Pío IX la han usado y la Capilla de las Visualizaciones se convirtió en un lugar de culto y peregrinación. De esta manera fue para la Virgen de la Medalla Milagrosa, que el 27 de noviembre de 1830 apareció a Santa Catalina Labouré, una muchacha novicia en el convento de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en la rue du Bac n.

En febrero de 1832, París fue arrasada por una horrible epidemia de cólera, que causó mucho más de 20,000 muertes. Las Hijas de la Caridad distribuyeron en esta ocasión las primeras 2,000 medallas e rápidamente han comenzado a celebrarse las curaciones, junto con las conversiones. Por eso los parisinos han comenzado a llamar a la medalla «milagrosa».

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Al reverso de la Medalla está la “M”, símbolo de María y de su espiritual maternidad. La cruz es el secreto de la redención y la barra que la sostiene es la letra del alfabeto heleno “Yota” o “I”, que es monograma del nombre “Jesús”. El globo, que representa a la tierra, está bajo los pies de la Virgen por ser reina del cielo y de la tierra. La conocida inscripción “Oh María” afirma la Inmaculada Concepción de la Virgen.

En una charla nocturna que duró horas, llevada a cabo no únicamente de palabras, sino más bien de miradas, movimientos, manifestaciones de afecto y devoción y una promesa vibrante. A continuación, dejando caer sus brazos hacia el suelo, en actitud de benévola conmiseración, las manos de la Virgen se llenaron de anillos resplandecientes y de piedras hermosas, envolviendo en resplandores la tierra puesta bajo sus pies. “Estos rayos -prosiguió María- son símbolo de las gracias que concedo a cuantos me las piden. Alrededor de la Virgen, se leían, escritas en oro, las expresiones que hemos reproducido más arriba. La aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado exactamente en el mismo sitio el reverso de la medalla. En el aparecía una M, sobre la que había una cruz descansando sobre una barra, la que atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero se encontraba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada.

Asimismo contamos artículos de bisutería y joyería así como medallas de la Virgen de la Milagrosa, rosarios y pulseras, tanto de oro como de plata. Así, ocasionalmente, María desciende para recordar a quienes creen y confían en ella, su compromiso, su voluntad de contribuir a los hombres y mujeres en su viaje diario, de apoyarlos, defendiendo siempre y en cualquier caso su causa ante los ojos del Padre. La narración de la Medalla Prodigiosa (o medalla de Nuestra Señora de las Gracias, o medalla de la Inmaculada) asimismo está relacionada con este género de experiencia. Este objeto de veneración, con un poderoso simbolismo, con la capacidad de curaciones inesperadas y actos prodigiosos, procede de una aparición, de un instante de amor divino hecho carne y luz, del encuentro entre una novicia joven y humilde de solamente veinticuatro años y la Virgen María.

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Este aspecto fue manifestado a Santa Catalina el 27 de noviembre de 1830, bastante antes que se proclamase el dogma en 1854. También, señala la misión de intercesión de la Madre de Dios. La Virgen de la Medalla Prodigiosa, cuya celebración es el 27 de noviembre, le solicitó a Santa Catalina Labouré que realizara una medalla según lo que presenció a lo largo de la aparición y, por ello, este objeto cuenta con múltiples datos que ayudan a comprender su real significado. En 1954, con motivo del centenario de esta definición, la Santa Sede logró acuñar una medalla conmemorativa. En el reverso de exactamente la misma, la imagen de la Medalla Milagrosa y la de la gruta de Lourdes, socias estrechamente, ponían de relieve el nudo íntimo que une ámbas visualizaciones de la Virgen con la definición de¡ dogma de la Inmaculada Concepción..

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La Medalla Prodigiosa, símbolo de devoción y fe, de las gracias infinitas que la Virgen María otorga a sus hijos. «Este globo que viste es el planeta entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos los que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. Y muchos de estos rayos hermosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan». Las doce estrellas son símbolo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles.

Y para mejor servir a tu Divino Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre realmente cristianos. Disponemos de todo tipo de artículos religiosos para comprar, escogidos cuidadosamente, con espléndidos acabados y muy económicos. Advertí que sus dedos se llenaban de anillos y piedras hermosas, y los rayos de luz que de ellos salían se propagaban por doquier. Aladel escuchó las expresiones de su dirigida, la novicia Catalina, no le creyó; pensó que tenía que ver con una imaginación de la joven novicia. Pero, una vez que aquella insistiera, mantuvo una entrevista con el arzobispo de París, monseñor de Quelen. Este, al no localizar en todo ello nada que se opusiese a la fe, autorizó la acuñación de la medalla.

El Hermano Pablo, Secretario Del Cardenal Amigo: “la Visita De Juan Pablo Ii Fue Una Explosión De Fe”

Lo que señala que la Inmaculada tiene poder, en razón de su gracia, para vencer sobre Satanás. En esta casa habitaba en 1830 una novicia llamada sor Catalina Labouré, a quien la Muy santa Virgen confió un mensaje salvador para todos los que con confianza y fervor lo aceptaran y practicaran. La Virgen acudió allí y se sentó en el sillón que usaba el sacerdote en sus pláticas a la red social. La Medalla que la Virgen le señaló a Santa Catalina para que se acuñara y distribuyera se llama Medalla Prodigiosa, con referencia a los varios casos de curación y conversión que causó.

Mientras que los Sagrados Corazones de Jesús y María hacen referencia a la devoción que los cristianos debemos tener a ambos corazones. Las manos extendidas emanando rayos son señal de la misión que tiene la Virgen María como madre y mediadora de las gracias que derrama sobre el planeta y a quienes las soliciten. El Consejo de Europa convocó en 1950 un certamen para diseñar su bandera común.

Años: Virgen De La Medalla Prodigiosa

La Virgen, aplastando la cabeza de la serpiente infernal y aureolada de aquellas letras de oro, aparece como Inmaculada. Los rayos que van de los anillos de sus dedos, nos aseguran que es Virgen vigorosa y medianera de todas las gracias que Dios manda al planeta por medio de Ella. Los dos Corazones son, además del símbolo del amor de Cristo por los hombres y del de su Madre, llevada a cabo Madre nuestra, el resumen de la devoción los Sagrados Corazones. Al final, las doce estrellas que la cubren, nos enseñan que Ella es Reina.

El artista Arsène Heitz, de Estrasburgo, que leía la crónica de las visualizaciones de la Rue de Bac, en París, se sintió inspirado a emplear los símbolos de la corona de 12 estrellas y el fondo azul, con los que se representa el misterio de la Purísima Concepción. Esta bandera fue aprobada por el Consejo el día de la Inmaculada de 1955. En la parte de atrás de la medalla, los 2 monogramas de María y Jesús, sus corazones perforados, cuentan una historia de dolor y amor y sacrificio sin fin. Particularmente, el corazón coronado con las espinas de Jesús representa Su sacrificio de amor por los hombres, al tiempo que el corazón perforado por la espada de su Madre simboliza el amor de Cristo, quien vive y arde en ella, y mediante ella se vuelca sobre todos los hombres.

Observando a Catalina Labouré a los pies de la Virgen Madre, que la acoge con cariño filial y la prepara para las adversidades futuras, observamos con cuánta seguridad y abandono debemos recurrir siempre y en todo momento a la Madre de Dios, que Jesucristo nos entregó en la Cruz como Madre Nuestra. Los fieles también pueden decantarse por recitar la Coronilla de la Medalla Milagrosa, que se puede emplear en la apertura del Rosario o como Novena o Triduo antes del 27 de cada mes, especialmente en noviembre. La Coronilla de la Medalla Milagrosa se constituye de la oración inicial, la recitación del Credo en su forma corta, y tres súplicas alternadas por tres Ave María. Se cierra con la Oración final, con un Padrenuestro, Ave María y Gloria para el Santurrón Padre. Alcánzanos a todos nosotros, tus hijos, la felicidad de una aceptable muerte, para que, juntos contigo, podamos gozar un día de la celeste beatitud.