La Natividad de María ahora se celebraba en Oriente desde finales del siglo VI. Desde el siglo IX, apareció en Nápoles la fiesta de la Concepción de María. Desde el sur de Italia también se ingresó en Inglaterra y más tarde, incluso gracias a la conquista de los Normandos, se extendió en Europa. Los protestantes sostienen que si Jesús necesitó de un vientre sin pecado para nacer sin pecado, también Dios tuvo que haber intervenido en la concepción de la madre de María, en su abuela, y de esta forma consecutivamente a lo largo del tiempo.
La Inmaculada Concepción es un dogma de la Iglesia Católica, que consagra como, si bien concebida y nacida por un pareja de fatales (Santa Ana y San Joaquín), la Virgen María nació pura, jamás tocada por el pecado original, a diferencia de todos los otros hombres y mujeres. María, Llena de felicidad, como se saluda en la Anunciación, se considera santa desde su concepción, purificada de todo mal, preservada del pecado por el Espíritu Santo, que la ha convertido en una criatura única y particular, destinada a ser la madre de un Hombre único y nuevo. Sería inconcebible pensar que Dios, en su sin limites sabiduría y perfección, logre haber confiado su encarnación humana a una mujer natural de el pecado, presa del Maligno y sus tentaciones.
Las Apariciones De La Virgen Inmaculada
De hecho, para el pueblo de los cristianos, la Virgen María, destinada a concebir a Jesús y llevarlo a Su Vientre, debe siempre haber sido conservada del pecado y de la acción del Maligno, exactamente por el hecho de que de otra manera no podría haber sido concebible que Dios, puro y especial, pudiera encarnarse en ella. En esta convicción de la pureza de María, la devoción popular no dudó en ponerse en contra abiertamente contra la teología oficial. Esta última fue instantaneamente responsable de ejercer control sobre el culto, en las manifestaciones de devoción del pueblo, con el objetivo de guiarlo a una definición teológica adecuada y correcta, acatando al tiempo sus deseos y expectativas en este sentido.
María fue la única criatura a la que se le reservó este privilegio particular, especialmente en vista de su misión, del destino que Dios tenía guardado para ella. Todos los otros hombres y mujeres nacieron y nacen en el Pecado, desde lo cual se purifican por medio del Bautismo. María es la primera entre los creyentes, la mucho más cercana a Dios, tan cerca que fué escogida para llevar en el vientre el fruto de su Amor infinito.
La Inmaculada Concepción De La Virgen María
La sacralidad de la Inmaculada Concepción no está definida por los teóricos de las Escrituras y la tradición primitiva de la Iglesia, sino por la fe del pueblo, por su sensibilidad y piedad. Como escribió el teólogo Eadmer en el siglo XII, la “pura simplicidad y humilde devoción” del pueblo se discreparon con la “ciencia” de los ricos y sabios. El dogma de la Inmaculada Concepción fue proclamado con la bula papal Ineffabils Deus por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, pero su afirmación comienza lejísimos. La reflexión sobre la Inmaculada Concepción dividió a la Iglesia desde sus orígenes. Los Progenitores de la Iglesia y teólogos, como San Agustín o Beato Tomás, aun si reconociesen la santidad de María, su ser sin pecado, no estaban dispuestos a ‘desconectar’ este estado de gracia de Jesús, a admitir que ella podía estar libre del pecado original sin su intervención directa. San Agustín, por poner un ejemplo, afirmaba que María nació en pecado, como todos los demás hombres y mujeres, pero entonces fue liberada de eso porque era la madre de Cristo.
Junto a estos votos universitarios, ciudades, ciertas órdenes religiosas e inclusive ciertas diócesis hispanas, realizaron este voto de defensa de la doctrina inmaculista que se traduciría en nuevas necesidades a Roma en favor de este dogma. Huelva, correspondiente al territorio diocesano sevillano, sería la primera localidad en España en dedicar un templo a la Inmaculada Concepción. Frente vuestra divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y por el hecho de que os amo sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina felicidad, sugiero no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. En la Iglesia Occidental la fiesta hace aparición cuando en el Oriente su desarrollo se había detenido. El tímido comienzo de la nueva fiesta en ciertos monasterios anglosajones en el siglo XI, en parte ahogada por la conquista de los normandos, vino seguido de su recepción en algunos cabildos y diócesis del clero anglo-normando.
El Dogma De La Inmaculada Concepción
Si todos y cada uno de los pétalos forman una sola azucena representa la fraternidad y unión de todos y cada uno de los hijos de Dios Padre. Aparte de la rosa, es común unir la Inmaculada a las azucenas y otras flores, como los lis que simbolizan la pureza, por su color blanco y su perfume tal como la belleza de María, la creación más especial de Dios. Los símbolos recogidos en la pintura o en las tallas de estas imágenes de la Inmaculada, nos sirven, a todos los católicos, como recordatorio y reconocimiento de verdades de fe, pasajes bíblicos, advocaciones de las súplicas lauretanas y glorias marianas.
La contestación del catolicismo es que sólo María tenía que sostenerse libre de pecado pues ella iba a concebir directamente a Cristo, al paso que sus ancestros no. O sea, que Cristo sí precisó de un vientre sin pecado, pero María no. La devoción a la Inmaculada ha sido plasmada, singularmente desde el siglo XVII por numerosos artistas de todo el mundo siendo, aparte de obras de devoción, verdaderas catequesis plásticas. La gesta de este tercio fue tal que su victoria fue considerada como un milagro llevado a cabo merced a la intervención de la Inmaculada Concepción. La asistencia de la Virgen en la batalla llevó a los altos cargos del ejército a proclamarla patrona de los Tercios españoles de la presente Infantería de España.
Durante la celebración de dicha festividad, los curas españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue concedido por la Santa Sede en 1864, en agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que logró España.Es patrona de la Infantería Española desde el año 1892 por Real Orden de la Reina doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, Este patronazgo tiene su origen en el llamado Milagro de Empel durante las guerras en Flandes. Tal como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de librarnos de él por medio de tu beato bautismo, de esta forma Te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en Ti, Padrenuestro Muy santo. Si bien la definición del dogma en la Iglesia Católica va a tardar en llegar, ya en los siglos XIII y XIV la cuestión inmaculista toma un lugar central en los escritos de la fe con figuras como el beato Juan Duns Escoto.
TIERRA SANTA Para un cristiano, los sitios en que Cristo nació, vivió, sufrió, murió y resucitó tienen un carácter particular. La añoranza que se siente al meditar en esa tierra, santificada por el paso del Verbo Encarnado, nace del cariño que tiene el fiel a todo lo que rodeó la vida terrena del Hijo de Dios, que “acampó entre nosotros”. El 8 de diciembre se festeja el día de la Inmaculada Concepción y es fiesta nacional en España, formando parte del famoso ‘puente de la Constitución’ o ‘puente de diciembre’.