San José, por el dolor y el gozo que experimentaste con motivo de la maternidad de la Virgen María, asísteme paternalmente en la vida y en la desaparición. En otras visualizaciones los integrantes de la Sagrada Familia hablarán de forma alternativa de la devoción a San José, y también de la oración que debe recitarse, un Rosario especial capaz de traer grandes gracias y hermosas intercesiones a los que lo recitan con corazón contrito. Usted tiene la posibilidad de elegir de qué forma rezar el rosario a San José, indudablemente al leer los distintos secretos o virtudes, sentirá mayor empatía por uno que por otro, va a localizar una afinidad espiritual, que le señalará como es que mejor se ajusta a usted y sus pretensiones. En verdad, ya en 1536 existía una práctica de devoción llamada La devoción de los siete dolores y gozos de San José, que el propio santo habría enseñado a 2 pescadores a los que había salvado milagrosamente de un naufragio. Por la señal de la santa Cruz, de nuestros contrincantes líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santurrón.
Él es al pie de la letra “el gestor fiel y solícito a quien el Señor puso al frente de su familia” . Desde tiempo inmemorial, la Iglesia lo ha venido venerando y también invocando como continuador en ella de la misión que un día tuviese para con su Fundador y Madre. En los momentos de noche oscura, el ejemplo de José es un estímulo inalterable para la aceptación, sin reservas, de la voluntad de Dios. Para propiciar esa veneración e imitación y para pedir su asistencia, disponen a continuación del siempre de hoy Ejercicio de los siete Dolores y Gozos en honor a San José.
Oración A San José Para Pedirle Un Favor
“A otros parece les dio el Señor felicidad para socorrer en una necesidad; a este glorioso Santurrón tengo experiencia que socorre en todas”. Y, si el lector juzgara este trabajo digno, le suplicamos una oración por nuestra alma. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten clemencia de nosotros. Visita la Virgen a su parienta, la madre de Juan, quien, encerrado en el seno materno, comunica, saltando de gozo, que Cristo está allí presente. Mensajero de la corte celestial, revelando los divinos secretos, saluda llena de felicidad a la Virgen Madre de Dios. Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, de esta manera en la tierra como en el cielo.℟.
(..) No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de realizar. CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ Por amor de Dios Padre, tú, San José, has sido llamado padre de Jesús y, unido a la maternidad espiritual de María, ahora también padre nuestro. A ti consagramos nuestra vida y la misión que Dios nos ha encomendado. Te solicitamos que intercedas por nosotros frente al Señor, que intercedas por la Santa Iglesia para su salvación, que intercedas en nuestra oración y la lleves a Dios. ORACIÓN A SAN JOSÉ Salve, custodio del Redentor y marido de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en María depositó su seguridad, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oración Final Para Todos Y Cada Uno De Los Días:
La señal de la Santa Cruz, de nuestros contrincantes líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Beato.℟. San José, intercede por mí ante tu amado hijo, nuestro señor Jesucristo, para honra y Gloria de su nombre y salvación de mi alma. Glorioso patriarca San José, casto y virginal esposo de María,lleno de felicidad.
Se le invoca en especial como asegurador de la pureza, maestro de la vida espiritual y abogado de la buena muerte. Le constituyó señor de su casa, y jefe de todo lo que poseía. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Asistidme en todo instante y ante todo en la hora de mi muerte. Por este dolor y gozo alcanzadnos que tras el sendero de esta vida vayamos a escuchar las loas de los ángeles y a disfrutar de la gloria celestial. Alcánzanos, por este mal y este gozo que, dando de mano a todos y cada uno de los vicios a lo largo de la vida tengamos la posibilidad fallecer con gozo y alegría, invocando de corazón y de boca el muy santo nombre de Jesús. ¡Oh modelo especial de sumisión a las leyes divinas, glorioso San José! La vista de la sangre preciosa que el redentor Niño derramó en su circuncisión, traspasó tu corazón de mal; pero la imposición del nombre Jesús lo reanimó, llenándote de consuelo.
Tuviste Fe en Dios y su promesa, tuviste Fe, Glorioso San José. Profesor de oración, alcánzanos el don de oír y seguir la voz de Dios. JACULATORIAS V.- Oh San José, para lograr ensalzarte y alabarte, R.- Enséñanos primero a conocerte y quererte. V.- San José asegurador de la Iglesia universal, R.- Resguarda a quien te invoca V.- Patriarca del alma mía, en el momento en que mi muerte llegare, R.- Tú patrocinio me ampare, el de Jesús y María. V.- Bendito sea San José, R.- Para que aumente nuestra fe.
Por admitir en castidad para María desposar, danos la virtud para vivir en pureza y castidad. Por el tiempo que a María esperaste, danos la virtud para en silencio pacientemente esperar, o sea danos la paz. El Papa Pio IX y más tarde el Papa Juan Pablo II mantenían que José tuvo una vida llena de pruebas, las cuales fue superando de a poco, con lo cual logro la bendición de Dios. La historia del Rosario a San José se remonta a finales del siglo XIX, en el momento en que en 1871 el Papa Pío IX hace la proclama de la devoción a José como Beato Católico. Tengamos en cuenta que José fue el amado y amantísimo esposo de la Virgen María y el padre terrenal de nuestro Señor Jesús.
+ Se Reza Un Padre Nuestro Y Diez Ave María, Concluyendo Con El “gloria Al Padre, Al Hijo Y Al Espíritu Beato”
Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro cobijo de los moribundos; dignaos admitir el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros siete dolores y gozos. DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ Qué dolor sintió San José al entender que su mujer estaba en cinta, pero que gozo al comprender la maternidad divina. Que mal sintió San José al ver nacer al niño en tanta pobreza, que alegría al verlo adorado por los ángeles y pastores. Que dolor sintió San José ante la circuncisión del Divino Niño, pero que gozo al pronunciar el dulce nombre de Jesús. Que dolor al percibir la profecía del anciano Simeón, que gozo al entender que con tales hechos la raza humana sería redimida.