Dios, omnipotente y eterno, que glorificaste la raza humana gloriosa de tu divino Hijo con la triunfante ascensión al cielo; mantén lúcida en nosotros la promesa de las realidades espirituales y haznos partícipes en la tierra de los sentimientos del corazón materno de Santa María. A fin de que como verdaderas iglesias domésticas, sean genuinos santuarios donde se viva la fe, la promesa y la caridad; donde florezca la fidelidad, la obediencia filial, y el cariño mutuo; donde se defienda y promueva la vida. Hoy contemplaremos los nuevos secretos de la luz. Todos estos misterios revela el Reino ya presente en la persona misma del Señor Jesús. Si bien todo el secreto de Cristo es Luz, puesto que Él es la Luz del mundo, esta dimensión se manifiesta más que nada en los años de la vida pública, en el momento en que el Señor anuncia el Evangelio del Reino.
Yo estoy con nosotros y les bendigo con mi bendición maternal. Padre, yo deseo bendecirte, pues a través de tu Hijo Jesucristo has vencido a la desaparición. Abre mi corazón e alumbra mi mente, para que sea capaz de glorificarte por este motivo. Eso es todo cuanto espero de Ti en estos secretos. Permite que viva para gloria Tuya y en honor de tu Hijo Jesús, que resucitó de entre los fallecidos con el poder del Espíritu Santurrón, que vive y reina en unidad contigo y Jesús Resucitado.
La Promesa De La Resurrección Del Fiel
Te solicitamos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de cuerpo, cabeza y espíritu, y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este planeta y concédenos las alegrías del cielo. Oh Dios, felicidad eterna de los bienaventurados, que con la asunción al cielo en cuerpo, cabeza y espíritu de la Madre de tu Hijo divino manifestaste el triunfo de la reconciliación del hombre; por la intercesión de la misma Virgen María, haznos santos, como tú nos deseas. La contemplación del rostro de Cristo no puede reducirse a su imagen de crucificado. El Rosario expresó siempre y en todo momento esta convicción de fe, invitando al creyente a superar la oscuridad de la Pasión para fijarse en la gloria de Cristo, en su Resurrección y en su Ascensión. Contemplando al Resucitado, el cristiano revela de nuevo las razones de nuestra fe , y revive el gozo de María, quien experimentó de modo intenso la nueva vida del Hijo glorificado.
Creo en Ti, Padre, en Ti Hijo y en Tu Espíritu Santurrón. Dios te Salve María Muy santa, castísima Esposa de Dios Espíritu Santurrón, Virgen Purísima tras el parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra caridad a fin de que la inflames, nuestras almas a fin de que las salves y todas y cada una nuestras pretensiones para que las remedies. Alcánzanos, Madre nuestra, pureza en las proyectos, llena eres de gracia…” El Rosario consta de quince decenas; cada decena se constituye de un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria. Ninguna otra oración forma parte del Rosario; todo lo demás que se ha ido agregando antes o después de cada decena, proviene de piadosas sumes. Por “secreto” se entiende un suceso de la vida de Nuestro Señor Jesucristo o de su Muy santa Madre.
Le entregaste Tu vida, pues estabas en espera del Mesías prometido. No podías creer que fueras Tú la virgen sobre la que descendería el Espíritu Santo para engendrar en su seno al Emmanuel, a «Dios con nosotros» y eso fue la causa de Tu turbación primera. Por la señal de la Santa Cruz de nuestros contrincantes líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santurrón. Toda oración puede rezarse de prisa, de tal suerte que aun en el momento en que hayamos orado mucho, en el final no habremos tenido un acercamiento personal con Jesús y María.
Santurrón Rosario Para Fallecidos-Secretos Lacerantes
Reconociendo y enalteciendo todas las cualidades de la Virgen, estamos reconociendo el papel primordial de la Virgen María en la vida de Jesucristo, y en la nuestra propia, . Por reconocerla como madre de Jesús, que intercede por nosotros ante Dios nuestro Padre en nuestras loas. Esta es la razón por la cual se rezan las letanías. Si tienes alguna duda de cómo rezar el rosario con letanías, sigue leyendo, pues ahora te lo vamos a contar punto por punto. Las letanías del rosario puedes incluirlas en tu rezo cada vez que desees alabar a la Virgen María, y convertirlas en una parte de tu oración. El regocijo se siente en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la existencia de Cristo en su seno hacen saltar de alegría a Juan (cf. Lc 1, 44).
Llena de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del divino Niño, el Salvador de todo el mundo, es cantado por los ángeles y comunicado a los pastores como una gran alegría . Te bendecimos Jesús Resucitado, por haber enviado tu Espíritu Beato Consolador sobre tus apóstoles. Oraban unidos a María, cuando el fuego de tu Amor los abrazó, transformado sus corazones y sus vidas. Gracias Señor, por haber cambiado su temor en valor y su ansiedad en una enorme paz; su falta de comprensión en testimonio poderoso que alcanzó los confines de la tierra.
Quisiese, oh Señor, que mi oración trajese consuelo a esos de mis hermanos y hermanas que padecen en estos instantes. Quisiese darles a través de Ti te, a Ti en ellos, gozo y fortaleza. Envía tu Espíritu sobre mí, para que logre aprender a rezar y logre así acercarme mucho más a Ti.
Misionando Con Amor Y Servicio Coronilla De La Divina Misericordia
El mejor momento para rezar las súplicas es en el final del Rosario, después de rezarlo todos y cada uno de los días. Pero asimismo puedes hacerlo en el momento en que quieras dar gracias a la Virgen por alguna circunstancia de la vida, te sientas dichoso. Cuando necesites apoyo o atravieses alguna contrariedad, también puedes hacerlo. De los muchos secretos de la vida de Cristo, el Rosario, tal como se ha consolidado en la práctica más habitual corroborada por la autoridad eclesial, sólo considera ciertos. Dicha selección proviene del contexto original de esta oración, que se organizó sabiendo el número 150, que es el mismo de los cánticos.
A ti te alaba toda criatura, Madre de la luz. Sé para nosotros, te lo suplicamos, letrada perpetua. La señal de la Santa Cruz, de nuestros contrincantes líbranos, Señor, Dios nuestro.
Santa Teresita Radio Misionando Con Amor Y Servicio Rosario A La Virgen Del Carmen
En el quinto secreto glorioso se contempla la coronación de Santa María. En el tercer misterio glorioso se contempla la venida del Espíritu Beato sobre la Virgen María y los apóstoles. A fin de que el Señor Jesús lo mantenga en todo momento con su amor. A fin de que los mandatarios de las naciones acojan el pedido del Papa Juan Pablo II, de forjar una paz con justicia y con perdón, para que así cesen los odios, los deseos de venganza y el ansia de la destrucción. En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección del Señor.
Celebración Social En La Visita Al Cementerio Fiestas De Todos Los Beatos Y De Los Fieles Finados
Pudiese ser, que fueran otros Tus planes, cuando Dios irrumpió en Tu vida con Su plan fantástico. Y no obstante, Tú, la más humilde de Sus esclavas, le abriste inmediatamente la puerta de Tu corazón. Al mismo tiempo, Tu miedo no fue el de los hombres ególatras y orgullosos, sino más bien aquel de los pobres de Dios, que humildemente desean hacer siempre la voluntad del Señor, sin alardes ni presunción alguna.
La Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma al cielo. El día de hoy celebramos con gozo la Asunción de Jesús a los cielos. He ahí que Jesucristo glorioso, a la derecha del Padre actúa el cosmos. Te glorifico Jesús mío, pues no dejaste a tus apóstoles en la obscuridad. Los regocijaste al hacerlos presentes de tu Resurrección y permaneciste con ellos a lo largo de cuarenta días. Más tarde, a la vista de todos, ascendiste a los cielos para sentarte a la derecha del Padre, ocupando el sitio que te correspondía como vencedor de la muerte y del pecado.
En un principio el Papa León XIII recomendó integrar las letanías Lauretanas durante el mes de Octubre, por ser este el mes del rosario. Pero verdaderamente, las súplicas puedes rezarlas en todo instante por ser una acto de alabanza y homenaje a la Virgen, por el hecho de que son un acto de culto en sí mismas. Te suplicamos, Señor y Dios nuestro, nos concedas a tus siervos gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y, por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María; ser librados de la tristeza presente y gozar de la eterna alegría. Míranos Madre llena de clemencia, protege y resguarda a todos Tus hijos.