Oracion Ala Santa Muerte

Bueno, todos los días le pido que proteja a mi marido, es taxista, y va bastante a los pueblos de los aledaños. Debido a que rezo todos los días no le pasó nada, ni lo han asaltado, es muy milagrosa la Santa Muerte. En mi casa la Pequeña se manifiesta en aromas a flores, en sombras que pasan por la pared y por el piso.

Aquí terminamos con este personaje, símbolo de la muerte espequeñecida por la superstición, tan opuesto al de la muerte corporal -Nuestra Hermana-a la que cantase San Francisco de Asis. De esta forma las cosas, el cono de la superstición echa asimismo sus sombras donde y cuando menos se piensa. Hace ahora ciertos años, uno de nosotros charlaba sobre el tema con don Ernesto Ezquer Zelaya, el creador de “Poncho celeste, vincha punzó”. Ni bien se nombró al “payé” que en este momento nos ocupa, el amigo echó mano a uno de sus bolsillos y extrajo con toda naturalidad un San La Muerte.

Derrotada por Jesús, en el mundo de la mitología la desaparición fue tan sólo burlada por Sísifo y encadenada por Hércules. Me gusto bastante el libro, lo unico que quisera comunicarme con usted. Yo leí que te siguieras en FB pero no para escribirte personal sobre el libre.

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Sientes que te sujetan el brazo, y es ella que está presente, te está tocando. A raíz de la Muy santa me alejé de todos los vicios. Tengo cinco años que no me drogo con tachas, cocaína o mariguana, asimismo dejé la cerveza y el licor. Esta web usa Google+ Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del ubicación, o las páginas mucho más populares. Almacena mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente. Salve Santa Clara, salve a los gitanos del trueno que mi imagen entre ahora en el corazón de a fin de que nunca mucho más diga no.

Un lánguido ladrido del perro semeja la señal de comienzo de la misa, por el hecho de que a partir de este todos se sientan en una silla y adoptan el gesto impaciente de quienes esperan se abra el telón. Para provocar suspenso se ha colocado debajo de una mesa un sartén con carbones encendidos; el ámbito se torna agobiante. La retahíla de la noche consiste en agradecimientos a la Santa Muerte, cantos y oraciones a la virtud, el hogar y a los devotos presentes; todo enmarcado por mortuorios armonías con órgano operadas desde una notebook conectada a una bocina con llantas. Mi cariño es colosal y lo cubriré con tiernicidad, caricias y inocencia. Santa Muerte, puedes iluminarme, ¡ayúdame, Santa!

Después de diez años quedaría en el olvido mi personaje, Tres Patines. Nadie se encontraba en mi casa y claramente vi que era la sombra de una persona. En la casa de mi mama la veíamos cruzar por un pasillo que da al patio. En el momento en que la miro siento paz, siento que no estoy solo y que hay una persona que me acompaña. Hasta hoy sé que puedo caminar serenamente.

Pero cuando canto sus canciones siento que se acerca y me toca; se me eriza la piel, es algo muy hermoso, es como estar en una burbuja, en una nube. Mi solicitud a la Santa Muerte fue que me diese un hijo. Tengo una hija de 22 años, pero quería un niño.

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Se ha producido un error al recuperar las listas de deseos.

Recurrimos otra vez a José Miranda, quien nos facilita una esencial información sobre distintos aspectos del culto que recibe este “santurrón”. En tanto que hablamos de velas y muertos, viene al caso la famosa historia del curandero que burló a la desaparición. Por otra parte, leyendo a Sebillot creemos encontrar un curioso y recóndito antecedente de esta devoción en Francia.

A la semana cae otro trabajo, en este momento de mil ochocientos. Desde ahí comienzo a producir mi trabajo, empieza a haber trabajo. Lo que sí es que la Santa por el momento no quiere estar con mi tío, pues frecuentemente ocupo a la Niña en su beneficio, la uso y no le dio nada a cambio; ni un rezo. Por eso, si tiene a la Pequeña, le va peor, aquí asimismo lo encarcelaron por hurtar; la Pequeña por el momento no le ayuda. Vivo con mi mamá, ella es muy católica, pero nos respetamos, cada cual tiene sus devociones, creencias y santurrones. Me acerqué a la Niña para solicitarle ayuda para que me curara por el hecho de que se encontraba malísima.

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Puesto a escoger, el viejo se orientó hacia la primera. Fue entonces cuando la Muerte empezó a rebanar la candela, tantas veces como tantas otras fuera engañada. Con una macabra carcajada se despidió luego del curandero, recordándole antes que al consumirse aquel puchito de vela se apagaría su vida.

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Me uní al santuario por medio de un amigo que me platicó de qué trataba. Un día que descanse en mi trabajo vine a saber. Después tuve un accidente en moto; me estampé a 120 km/h por ir jugando carreras, desperté a los tres días. Se me desvió un disco de la columna y no caminé en seis meses. Un familiar que tiene su altar de la Santa me mencionó que le solicitara ayuda para que se recuperara mi columna.

Vine a solicitarte Santa Niña Blanca, vigorosa y justa, con los ojos desbordados. Vengo a ti hoy con un nudo en la garganta cada vez que pienso en él, mi hombre , a quien por el momento no tengo junto a mí. El milagro que te pido es que lo animes a buscarme, que no haya otras en sus pensamientos. Oh, santa y virtuosa muerte blanca tú que puedes, tú qué sabes cuánto lo amo y deseo ser su compañera, de por vida, en amor y pasión, que me llame urgentemente.

Tras aprender una candela del revés, se le reza una oración. En este caso en particular el San La Muerte favorito es el confeccionado con hueso. La tradición popular asímismo, le otorga poderes para recuperar objetos perdidos o robados. En estas situaciones, pendiente de un hilo retorcido, se lo cuelga cabeza abajo en la galería de casa y según la dirección en que el “santurrón” quede viendo, se debe de Orientar la búsqueda.