El Señor me dijo rezar esta coronilla a lo largo de nueve días antes de la Fiesta de la Clemencia. Debe iniciarse el Viernes Santurrón. “Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias”.
Oh Misericordioso Jesús fuente de todo bien. Incrementa la felicidad en las ánimas de los sacerdotes y religiosos, a fin de que logren cumplir con decoro y con frutos sus deberes en tu viña. Haz que ellos con la palabra y con el ejemplo conduzcan a todos los hombres a honrar a tu Divina Clemencia. “A las almas que propaguen la devoción a mi Misericordia las protegeré durante toda su historia” . Misericordia Divina, esperanza única de las almas agobiadas.
Celebración De Corpus Christi Asociación De Leales Misioneros De Nuestra Señora Del Cielo
Tú que distribuyes las gracias del Tesoro de tu Enorme Misericordia sobre todo abudantemente, admite a todos los leales Cristianos en tu Misericordiosísimo Corazón y no los abandones por toda la eternidad. Padre Eterno, regresa tus ojos misericordiosos hacia las ánimas fieles, que guardan el legado de Tu Hijo. Y por los méritos y dolores de su Pasión, concédeles tu bendición y tenlas siempre bajo tu tutela.
Y Tú, oh Padre Eterno, mira con los ojos de tu Clemencia a toda la humanidad y más que nada, a los pobres hijos tuyos, cuya única esperanza es el Corazón misericordioso de tu Hijo y Señor Nuestro Jesucristo. Por los méritos de su dolorosa Pasión derrama sobre nosotros tu clemencia, a fin de que glorifiquemos por todos y cada uno de los siglos tu bondad y tu omnipotencia. 3.Novena en Honor al Señor de la Clemencia.
Devoción A La Misericordia Divina Novena «jesús, Confío En Ti»
Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura. El día de hoy, tráeme a las almas de los curas y las almas de los religiosos, y sumérgelas en mi clemencia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga Pasión. A través de ellas, como mediante canales, mi clemencia fluye hacia la humanidad. Oh Misericordioso Jesús, que eres la Amabilidad mismo, acoge bajo lo protección de tu Corazón misericordioso a todas y cada una de las almas tibias, que semejantes a cadáveres en putrefacción, te llenaron de horrores en Getsemaní.
“El día de hoy tráeme a todas las ánimas devotas y leales y sumérgelas en el enorme océano de mi Clemencia. Ellas me confortaron a lo largo del Vía Crucis y fueron una gota de consuelo en la mitad de un mar de amargura”. Santísimo sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o preservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, “Jesús misericordioso, confío en ti”). Sin tener conocimientos artísticos, Faustina, que por aquel entonces estaba destinada en Vilna , encargó la obra al pintor Eugenio Kazimirowski, quien realizó el primer cuadro de la Divina Misericordia. No obstante, la imagen que al final se hizo conocida en el mundo fue la realizada por otro artista, Adolf Hyla, quien la ofreció en agradecimiento por la salvación de su familia en la guerra y la pintó cinco años tras la muerte de santa Faustina. Jesús le dijo a sor Faustina que debía anotar en el cuadro el lema “Jesús, en Ti confío”, y le ordenó que la imagen tendría que ser ceremoniosamente bendecida el primer domingo tras Pascua, y que aquel domingo había de ser la celebración de la Clemencia. A lo largo de sus últimos años de vida, santa Faustina debió aguantar toda clase de sufrimientos tanto espirituales como corporales.
Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre… Oh, si conocieses los tormentos que ellas padecen ofrecerías continuamente por ellas las dádivas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia. Padre eterno, mira con clemencia a toda la raza humana y en especial a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos tu misericordia a fin de que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Oh Jesús Misericordioso, tu Corazón lleno de compasión es exactamente el mismo Amor. Acoge bajo la protección de tu misericordioso Corazón a las ánimas que se han dedicado especialmente a la adoración de la Divina Clemencia, exaltando sus grandezas.
Aproxímalas a la luz del Evangelio. Concédelas que también ellas ensalcen la generosidad de tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Misericordiosísimo Jesús, que desde el tesoro de tu Clemencia, distribuyes tus merced a raudales entre todos de nosotros. Acógenos en el seno de tu muy compasivo Corazón y no dejes que salgamos nunca de Él. Te imploramos esta felicidad en virtud del más excelso amor; aquel con el que tu Corazón arde por el Padre Celestial.
Funde el hielo de estas ánimas con el fuego de tu purísimo Amor, a fin de que puedan ellas exaltar tu Clemencia por toda la eternidad. Oh Misericordioso Jesús que derramas sobre todos los hombres copiosas gracias que proceden del tesoro de la Divina Clemencia. Acoge a todos los fieles cristianos bajo la protección de tu Corazón misericordioso y no rechaces a ninguno.
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Te lo rogamos por el cariño que te une al Padre y al Espíritu Beato, en la unidad de la Muy santo e inescrutable Trinidad. Misericordiosísimo Jesús, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en el seno de tu Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de tu Clemencia. Padre Eterno, regresa tu mirada llena de Clemencia hacia las almas mansas, hacia las ánimas humildes y hacia las ánimas de los pequeños pequeños acurrucadas en el seno del Corazón de Jesús rebosante de piedad. Estas almas son las que se asemejan más a tu Hijo. Su fragancia sube desde la tierra hasta lograr tu Trono, Señor y Padre de Clemencia y Bondad suprema.
Clemencia y Yo conduciré todas y cada una esas ánimas a la mansión de Mi Padre… Todos y cada uno de los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión. ¡Señor, Dios Padre Todopoderoso! No mires, Señor, mi enorme indignidad, sino el precio infinito de lo que te ofrezco, tu mismo Hijo abrasado en el fuego del Espíritu Santo y el medio por el que te lo ofrezco, el Inmaculado Corazón de María.
Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de tu clemencia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el cariño santo, porque Tú lo puedes todo. El día de hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas ánimas son muy amadas por mí.
Las Causas Para Confiar En Jesucristo
CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE LA MISERICORDIA El Señor Jesús desea que ese día la imagen de la Misericordia sea bendecida solemnemente y reverenciada en público, o sea, litúrgicamente; que los curas charlen a las ánimas de esta inmensa y también insondable misericordia de Dios. Así, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas. Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros errores, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y jamás los dejes huír de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santurrón.
Asiste a las ánimas que toman sus fuerzas de la gracia divina, y que unidas a Ti, en el mal y en la prueba, desean llevar sobre sus enclenques hombros el enorme peso mal que ha afligido a la humanidad entera. Concédeles el don de la perseverancia, de la fortaleza y de la paciencia. “Hoy tráeme a las ánimas que en especial adoran y glorifican mi Clemencia y sumérgelas en mi Misericordia”.