Oh Misericordioso Jesús, que eres la mismo amabilidad y no rehúsas tu luz a quien confiando en Ti la suplica. Toma bajo la protección de tu misericordioso Corazón, las ánimas de los herejes y cismáticos con la luz de tu felicidad al seno de la Santa Iglesia, a fin de que junto con nosotros exalten tu liberalísima Clemencia por toda la eternidad. Y Tú, oh Padre Eterno, mira con ojos de clemencia las filas de aquellos que trabajan en tu viña, las ánimas de los curas, de los religiosos y religiosas que son objeto de la predilección particular de tu Hijo y Señor Nuestro Jesucristo. Protégelos con la fuerza de tu bendición y concédeles tu luz, de manera que llenos de celo guíen a los leales por el camino de la salvación y les transmitan tu Misericordia.
Haz que un rayo de tu gracia los ilumine para que con nosotros, también ellos exalten las maravillas de tu Clemencia por toda la eternidad. ¡Señor, Dios Padre Todopoderoso! No mires, Señor, mi enorme indignidad, sino más bien el valor infinito de lo que te ofrezco, tu mismo Hijo abrasado en el fuego del Espíritu Santurrón y el medio por el que te lo ofrezco, el Inmaculado Corazón de María. “El pecador que afirmase la oración siguiente \’Padre eterno, yo les ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras ánimas\’ conseguirá su conversión.” V. Corazón divino de Jesús, R.
Misionando Con Amor Y Servicio Novena A Nuestra Señora De Lourdes
Cada vez que se brinden a Mi Padre los méritos de Mis Divinas Llagas, ganaréis una enorme fortuna. Las almas que hayan contemplado y honrado Mi Corona de espinas en la tierra, van a ser mi Corona de Gloria en el Cielo. Concederé todo cuanto se Me solicite por medio de la invocación de Mis Santas Llagas. Todo lo obtendréis pues es por medio de los méritos de mi Preciosísima Sangre, que es infinito. Con Mis Llagas y Mi Divino Corazón lo podéis conseguir todo. De mis Llagas proceden frutos de santidad.
Oh Misericordioso Jesús, que eres la Amabilidad mismo, acoge bajo lo protección de tu Corazón misericordioso a todas y cada una de las ánimas tibias, que semejantes a cadáveres en putrefacción, te llenaron de horrores en Getsemaní. Funde el hielo de estas almas con el fuego de tu purísimo Amor, a fin de que puedan ellas exaltar tu Misericordia por toda la eternidad. Oh Misericordioso Jesús que derramas sobre todos los hombres abundantes gracias que proceden del tesoro de la Divina Misericordia. Acoge a todos los fieles cristianos bajo la protección de tu Corazón misericordioso y no rechaces a ninguno.
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Mis Llagas taparán todos vuestros pecados. Meted vuestras acciones en Mis Llagas y serán de gran valor. Todas vuestras acciones, aun la más pequeña, empapada en Mi Sangre, adquirirá solo con ella un mérito infinito y complacerá a Mi Corazón. Ofreciendo mis Llagas por la conversión de los pecadores, aunque los pecadores no se conviertan, vais a tener los mismos méritos ante Dios que si lo hiciesen. Cuando tengáis algún inconveniente, algún sufrimiento, ponedlo velozmente en Mis Llagas y el mal será aliviado.
Te lo rogamos por el cariño que te une al Padre y al Espíritu Santo, en la unidad de la Muy santo y también inescrutable Trinidad. I. Oh Jesús, Redentor Divino, sed misericordioso con nosotros y con el mundo entero. Por la señal de la santa Cruz, de nuestros contrincantes líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Oh Misericordioso Jesús fuente de todo bien.
Esta aspiración deberá repetirse con frecuencia cerca de los enfermos; Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de tus Santas Llagas. Esta oración calmará el alma y el cuerpo. Oh Jesús Misericordioso, tu Corazón lleno de compasión es el mismo Amor.
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Oración de Santa Clara de Asís en honor de las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo. Este rosario, además de rezarse en los Monasterios de la Visitación de todo el mundo, lo rezaba la famosa religiosa española Santa Eusebia Palomino. IV. Padre Eterno, tened piedad y misericordia por la Sangre de Jesucristo vuestro Hijo único; tened piedad y misericordia de nosotros, os lo suplicamos. ¡Perdón! ¡Clemencia, Jesús mío!
Ilumínalas con la luz del santo Evangelio, para que entiendan la felicidad que es quererte y exaltar tu Misericordia para todo la eternidad. Mis Llagas repararán las vuestras. Mis Llagas cubrirán todas y cada una vuestras faltas. Aquellos que las honren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo. Meditando sobre ellas siempre y en todo momento encontraréis un Amor nuevo.
Gloria y alabanzas te sean dadas, oh dulcisimo Jesús, por la sacratísima llaga de tu mano izquierda. Por esta adorable herida ten clemencia de mi, y dígnate arrancar de mi corazón cuanto te desagrade. Te rogamos mires a estas ánimas sólo por medio de las llagas de tu amadísimo Hijo y Señor nuestro, Jesucristo, cuya Misericordia sobrepuja a la Justicia. Gloria y alabanzas te sean dadas, oh benignisimo Jesús, por la sacratísima llaga de tu costado. Y Tú, oh Padre Eterno, mira con ojos de Misericordia las ánimas de los paganos e infieles que desconocen aún el Corazón Misericordioso de tu Hijo y Señor Nuestro Jesucristo.
Oración De Santa Clara De Agarráis:
; a lo largo de los presentes riesgos cubridnos con vuestra preciosa sangre. “No va a haber muerte para el alma que expire en mis Llagas. Ellas dan la verdadera vida.” Nuestro Señor se dignó hacerle, a favor de las ánimas que rezaren estas invocaciones, promesas consoladoras y regaladísimas. Esta coronilla tiene 25 cuentas, agrupadas en cinco juegos. La Gloria Patri se dice en todos y cada cuenta.