“Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los pecados de todo el mundo entero.” “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los de todo el mundo entero.” El día de hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi clemencia insondable. Fueron ellas las que me brindaron fortaleza para aguantar mi amarga pasión.
Recomendamos el rezo de la Divina Coronilla a las tres de la tarde, es la hora en que Jesús expiró el Viernes Santurrón, es la hora de su gran Clemencia. Ha dicho el Señor Jesús a Sor Faustina, que a esta hora nada será negado al alma que se abandone a su infinita Clemencia, estando en felicidad de Dios y habiendo recibido la Santa Comunión. Celebramos siempre y en todo momento La fiesta de la Divina Clemencia el próximo domingo después de Pascua. Oh Dios Eterno, en quien la clemencia es infinita y el tesoro de compasión insaciable, regresa a nosotros Tu mirada bondadosa y incrementa Tu clemencia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino, con enorme confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos. La Coronilla de la Divina Misericordia es una devoción de la Iglesia Católica unida singularmente a la Misericordia de Dios. Está Celebración de la Divina Misericordia se festeja el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección y fue iniciativa por San Juan Pablo II en el año 2000.
“Exijo de ti obras de Misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes enseñar misericordia al prójimo siempre y en todas y cada una partes. No puedes dejar de llevarlo a cabo ni excusarte ni justificarte.” . Hay 2 versículos de las Escrituras que debemos tomar en consideración mientras nos involucramos en estas prácticas devocionales. Dios desea que recibamos Su Clemencia y que por medio de nosotros se derrame sobre el resto. Jesucristo nuestro Señor abre su corazón para darnos a comprender su Divina Misericordia. Imagen del Sagrado Corazón de Jesús La devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el siglo XI, …
Primero, por si sola una imagen es únicamente una pintura, no importa cuán bella y expresiva sea. Sin embargo, puede señalarnos los misterios de la fe y disponernos a recibir aquello que representan, en este caso la Divina Misericordia. “Para castigar, tengo Yo la eternidad; en este momento Yo prolongo a los hombres el tiempo de Mi Misericordia; pero ¡ay! de ellos sí no conocen esta gracia… Tú, Mediatriz de Mi Misericordia, tienes la obligación, no únicamente de escribirla y predicarla, sino que tienes que asimismo implorar esta felicidad para los hombres, a fin de que glorifiquen Mi Misericordia”. “Los rayos del cuadro representan la Sangre y el agua que brotaron del fondo de Mi Misericordia, en el momento en que Mi Corazón, agonizante, fue abierto por la lanza en la Cruz. El rayo pálido significa el Agua, que purifica y hace a las almas justas. El rayo rojo significa la Sangre, que es la vida de las almas.”
La Coronilla A La Divina Misericordia
Estos propiamente comprendidos y también implementados nos asisten a crecer como genuinos seguidores de Cristo. Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra seguridad. Esta es una humilde llamada a la oración que no se rinde; una llamada a la fe intrépido, que espera sin desfallecer; una llamada a la comunión entre hermanos, que es más fuerte que toda indecisión y que toda amenaza por grande que sea. La devoción a la Divina Misericordia, consiste en un conjunto de oraciones en general rezadas con ayuda de un rosario, aunque pueden efectuarse de forma fácil sin él por su simplicidad. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; excusa nuestras ofensas, como asimismo nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Tal como lo mandan los evangelios “Sean misericordiosos tal como su Padre en el Cielo es misericordioso”, piden que seamos misericordiosos con nuestro prójimo “siempre y en todo rincón” parece irrealizable de cumplir pero el Señor asegura que es posible. “Cuando un alma se aproxima a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí, sino las irradia sobre otras ánimas.” Hoy, tráeme a las almas que están en la prisión del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia.
¿De Qué Forma Recitar La Coronilla De La Divina Misericordia?
Es irónico y hasta horrible el hecho de que la mayoría de las personas religiosas de los tiempos de Cristo (personas que eran practicantes de su religión y que ansiosamente aguardaban la venida del Mesías) no fueron capaces de reconocerlo en el momento en que Él vino. Dios desea que nos acerquemos a Él a través de la oración incesante, arrepentidos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero. El mensaje y la devoción a Jesús como la Divina Misericordia está basada en los escritos de la Santa María Faustina Kowalska, una monja polaca sin educación básica que, en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de alrededor de 600 páginas que relatan las revelaciones que ella recibió sobre la Clemencia de Dios.
“Tú tienes que hablar al mundo de su gran clemencia y preparar al mundo para su segunda venida. Él va a venir, no como una Salvador Misericordioso, sino más bien como un Juez Justo. Oh que horrible es ese día. Establecido está es ya el día de la justicia, el día de la furia divina. Los ángeles tremen ante este día. Charla a las ánimas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo para otorgar la clemencia.” “Expiraste, Jesús, pero Tu muerte logró brotar un manantial de vida para las almas, y el océano de Tu Clemencia se abrió por todo el planeta. Oh, Fuente de Vida, Oh Misericordia Sin limites, comprende el mundo entero y derrámate sobre nosotros.” Podemos ver de estos extractos que Nuestro Señor desea que durante la celebración de esta celebración se incluya la veneración solemne y pública de la imagen de la Divina Misericordia por la parte de la Iglesia, como de este modo quiere además de esto la veneración individual de cada uno de nosotros. La enorme promesa para cada alma es que un acto devocional de penitencia sacramental y comunión conseguirán para esa alma la plenitud de la Divina Clemencia en la celebración.
El origen de esta devoción es muy reciente y se debe a Sor María Faustina Kowalska. Elena Kowalska, nació en Glogowiec en 1905, cerca de Cracovia, en Polonia. Unas pocas semanas antes de su vigésimo cumpleaños, entró en la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Clemencia, adoptando el nombre María Faustina. Las prácticas devocionales proposiciones en el períodico de la Santa Faustina están en terminado acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y su raíz está firmemente asentada en los Mensajes de los Evangelios de nuestro Señor Misericordioso.
Mediante ellas, como por medio de canales, mi clemencia fluye hacia la humanidad. Varios son los penitentes que llegaron a confesarse con el santurrón Padre Pío de Pietrelcina, entre ellos está el amado san Juan Pablo II. Después de ese acercamiento, su amistad continua pese a la distancia. El papa le escribió cuando menos tres cartas al Padre Pío pidiendo su asistencia y oraciones por enfermos. De esta manera, Juan Pablo II atestiguó dos milagros conseguidos por intercesión del fraile capuchino.
Hoy, tráeme a las ánimas que veneran y glorifican mi misericordia de modo particular y sumérgelas en mi misericordia. Estas ánimas son las que más lamentaron mi pasión y penetraron mucho más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz particular en la vida futura.
Rezo De La Coronilla A La Divina Misericordia
Haz uso de todas y cada una de las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las dádivas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia. “Incita a la gente a recitar la Coronilla que te he dado… Quien la recite, recibirá gran misericordia a su hora de la muerte. Los curas la recomendaran a los pecadores como su último cobijo de salvación. Aún si el pecador más empedernido recite esta Coronilla cuando menos una vez, recibirá la felicidad de Mi infinita Misericordia. Deseo entregar gracias impensables a aquellos que confían en Mi Misericordia”. Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Constructor del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santurrón, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y enterrado, descendió a los avernos, al tercer día resucitó de entre los fallecidos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Creo en el Espíritu Beato, La Santa Iglesia Católica, la comunión de los santurrones, el perdón de los errores, la resurrección de la carne y la vida eterna.