Esta noche festejaron la celebración del sábado en la gruta de Marańa continuándola a lo largo del día 29, mientras en los alrededores reinaba gran calma. Terminada la fiesta del sábado se preparó la partida de Ana. Esta noche vi por segunda vez que María salía de la gruta de Marańa y llevaba al Nińo a la gruta del Pesebre en medio de las tinieblas de la noche.
Con la mezcla de unas razas con otras había variado también la tez de estos tres Reyes, y en el color se distinguían unos de otros. Desde esos cinco siglos no habían dejado de reunirse los reyes ocasionalmente para observar los astros. Todos los hechos visibles relacionados con el nacimiento de Jesús y el advenimiento del Mesías les habían sido indicados mediante las seńales maravillosas de los astros. He visto algunas de estas seńales, aunque no las puedo detallar con claridad.
La aurora sonroja el cielo, y mi camino semeja bello. Cuanto soy, tengo y espero, cuanto amo, ha corrido siempre y en todo momento hacia ti, en un profundo secreto. Mírame de nuevo, y mi vida va a ser tuya para toda la vida.
Aleluya, Gloria, Aleluya
Virgen morenita, india te llamamos; pues india tu naciste por la gracia de Dios. De esta manera somos esclavos de tu bondad divina, de este modo somos esclavos de tu amabilidad divina, de este modo somos esclavos de tu infinito amor. Tu gozas del respeto y cariño de tus hijos; de esta manera los peregrinos te rezan en tu altar. Virgen morenita, india fue tu cuna pues india tu naciste por la gracia de Dios.
A veces descienden de sus cabalgaduras para dialogar entre ellos. Otras veces, con armonía lenta, fácil y expresiva, cantan alternativamente frases cortas, sentencias breves, con notas altísimas o bajísimas. Hay algo excepcionalmente conmovedor en estos cantos, que interrumpe el silencio nocturno, y yo siento profundamente su concepto. Me pareció que se nutrían de carne cruda, singularmente de pájaros y se dedicaban al latrocinio.
Las Flores De La Primavera Salen
Mi corazón busca a ciegas por el sendero que va adonde la música de la noche me está llamando. Traía el harpa en sus manos, y mis sueños retumbaron con sus armonías. Y cargado de vanas flores marchitas, espero y tardo. Miro la lejana oscuridad del cielo, y mi corazón vaga gimiendo con el viento sin descanso. Y, en nuestra dulce soledad, hablaré bajo, junto a tu corazón… Y de la isla ignorada de un corazón vino a mí no sé qué súbito aliento cálido de primavera…
Asimismo han tomado su alimento, en tanto que en Jerusalén no habían podido reposar ni comer debido a las preocupaciones de la llegada. He visto más tarde que Jesucristo se detuvo múltiples ocasiones junto a esta fuente en compańía de sus acólitos. En los aledaños de Heliópolis múltiples jefes tuvieron una revelación con la aparición de un ángel que no les dejó ir más allá. Este ángel les anunció que nacería un Salvador de una Virgen, que había de ser honrado por sus descendientes. Ya no sé cómo sucedió todo lo mencionado; pero volvieron a su país y comenzaron a ver los astros. Los he visto en Egipto organizando fiestas regocijantes, alzando allí arcos de triunfo y altares, que adornaban con flores, y después retornaron a sus tierras.
A Jesús Que Va A Nacer
En el momento en que pienso en este último instante, se cae al valle de los momentos, y veo, a la luz de la muerte, tu planeta, con sus tesoros indolentes. Inapreciable es el mucho más pobre de sus asientos, inapreciable la mucho más pequeña de sus vidas. Pero las estrellas velarán por la noche, y se levantará la mañana como antes, y las horas se henchirán, como las olas de la mar, levantando dolores y bienestares. Las flores están ahora enlazadas, y lista la guirnalda para el marido.
Les oí asimismo decir cosas referentes a su jornada hasta allí. Contaban el sendero por jornadas a pie, calculando en doce leguas cada día. Montando en sus dromedarios, que eran mucho más rápidos que los caballos, hacían treinta y seis leguas diarias, contando la noche y los reposos. Observan un orden muy hermoso mientras que avanzan en su camino. Adelante marcha un enorme camello que transporta de cada lado cofres, sobre los que hay extensas alfombras y encima está sentado un jefe con su venablo en la mano y una bolsa a su lado.
Iban pobres y desvalidos, y las flechas cayeron sobre ellos como aguaceros, el día que salieron del cuartel de su señor. Pasan días y noches, se abren los años y después se mustian, como flores. Échala sobre el antojadizo viento, tiéndela en cambiadas maravillas. Eres mi Hermano entre mis hermanos; pero a ellos no les atiendo, ni divido con ellos mi ganancia, sino que comparto mi todo contigo. Las palabras del poeta dan a cada hombre el sentido que ellos quieren; pero su sentido definitivo va hacia ti. El aire obscuro está trabajoso con la música triste del agua, que me dice que vaya, en el crepúsculo.
Su pobre armonía quejumbrosa, perdida en la enorme música de todo el mundo. Pero yo no respondí; me di por bien perdido en la cima de mi alegre humillación, a la sombra de una vaga felicidad. El pastorcillo se adormiló a la sombra del baniano. Y yo me eché, orilla del agua, y estiré mi cuerpo rendido sobre la yerba.
Canciones De Cuna 1 Ilustrado Por Viviana Agosti
Todos calzaban suelas sujetas por cordones que les rodeaban los tobillos. Los principales individuos tenían en la cintura sables cortos o grandes cuchillos; llevaban también bolsas y cajitas. Había entre ellos hombres de cincuenta ańos, de 40, de veinte; unos usaban la barba extendida, otros corta.