Habéis dejado la tierra y subido al cielo en donde reináis sobre todos los coros de Ángeles. Nosotros, miserables pecadores, sabemos que no somos dignos de teneros en este valle de tinieblas; pero también comprendemos que aun en medio de vuestras grandiosidades no nos habéis olvidado, por pobres y miserables que seamos. Tan grande elevación solo ha servido para aumentar vuestra compasión hacia nosotros. Dignaos, oh María, regentar vuestras misericordiosas miradas hacia nosotros desde la altura de tu trono celestial; tened piedad de nosotros, miradnos con compasión, socorrednos en todas y cada una de las tempestades y combates a que nos encontramos expuestos en este mundo. Alcanzadnos por la santidad de vuestra gloriosa Asunción la perseverancia en la felicidad de Dios, a fin de que al salir de esta vida podamos unirnos a los espíritus bienaventurados y cantar vuestras alabanzas como lo merecéis. ¡Oh Virgen, que superas toda alabanza!
Soberana Guía, norte seguro de la salvación de las ánimas, estrella del mar proceloso del mundo, con profunda veneración, humildad y seguridad, imploramos vuestra soberana piedad y amoroso y gracioso patrocinio. Rezar a María, mediante las Imágenes de la Virgen, es pedir que la Madre de Dios extienda sus manos piadosas para acoger nuestras almas, donandonos paz y perdón. Mi oración es por todos hermanos en Cristo. En lo personal, lleno de confianza y agradecimiento por todo lo bueno que hay en el planeta, por todas las gracias que recibimos, te pido desde lo más íntimo de mi corazón me concedas… ++ Señor, pequé, ten clemencia de mí y de todos los pecadores.
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La Virgen María es una figura esencial en la religión católica y es considerada como la madre de Jesús. El Papa Francisco ora a la Virgen María a fin de que interceda frente Dios por los seres humanos y les ayude a ser instrumentos de paz y de amor en el planeta. «Ella, que nos quiere a todos como a hijos, nos proteja de este mal que amenaza la vida de tantas personas en todo el mundo», continuó. Lo cierto es que los nombres de María son innumerables como innumerables son las muestras de amor de sus hijos. Ten por bien de intervenir por mí, a fin de que alguno cosa que realice por ignorancia o desidia, o por otra cualquier forma, me perdone por tus ruegos Jesucristo tu Hijo el que con el Padre y el Espíritu Beato vive y reina en los siglos de los siglos. Santa María, tu que estabas muy unida a esas primera comunidad de creyente, tu que les acompañabas con tu oración, animando, apoyando con tu fe inquebrantable, con tu amor maternal, solo tú puedes acompañarnos.
Que sepa, como tú, estudiar a decir siempre y en todo momento «hágase» a su Plan de amor. Prepara, Señor, mi corazón a fin de que con una disposición de apertura y docilidad te deje entrar hasta lo más íntimo de mi alma pues sé con seguridad que quien se pone en tus manos está en camino de la verdadera felicidad. Con ella confesamos nuestra fe en la divina maternidad de María, que, por obra y gracia del Espíritu Santurrón, concibió en sus virginales entrañas y dio a luz al Hijo de Dios hecho hombre. Te damos gracias, Señor, por las caricias y desvelos de las mamás de todo el mundo.
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Su festividad se celebra, el 19 de Marzo, en toda la Iglesia desde 1621. Jesucristo, con el Espíritu Beato, en la gloria de Dios Padre. Y en la tierra paz a los hombres que quiere el Señor. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
++ Te adoramos, Cristo y te bendecimos que por tu santa cruz redimiste al planeta. Por el dolor que tuvisteis dejando el cuerpo de tu Hijo sepultado, te suplico me deis felicidad para aborrecer el pecado y vivir fallecido a los deseos de todo el mundo. Por el mal que tuvisteis observando a tu Hijo cargado con la cruz, te suplico me deis gracia para que le prosiga, llevando con paciencia las cruces de mi estado. Por el mal que tuvisteis observando la pérdida de tu Hijo, te suplico me des felicidad a fin de que le busque, hasta hallarle en el templo de mi alma.
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Elevo mi plegaria de acción de gracias por lo que tan maravilloso don significa para toda la humanidad, como efecto adelantado de la reconciliación, y en lo que a mí particularmente respecta, al haber iluminado tanto mi humano peregrinar. Son incontables las maneras con las que los fieles católicos han manifestado su amor a María por medio de los siglos. En primer lugar, han puesto a María distintas nombres según los distintos lugares. En la celebración de la Asunción de la Santísima Virgen, la Iglesia celebra el fin de la vida mortal de la Virgen María y su gloriosa asunción al cielo. La celebración litúrgica fue introducida en el calendario universal por Pío XII en 1945.
De repente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno. IV, en Palestina, hubiese una fiesta donde se festejase la encarnación y consiguientemente la anunciación. El Concilio Vaticano II restaura esta celebración a su origen primariamente Cristológico, celebrándose como la Presentación de Jesús en el Templo. La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.
A partir de ahora me felicitarán todas las generaciones por el hecho de que el Poderoso ha hecho proyectos enormes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus leales de generación en generación. Proclama mi alma la excelencia del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, pues ha mirado la humildad de su esclava. Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!
Guardián de la Familia Santa, continúa con nosotros en nuestras pruebas. Que tus frases nos obtengan la fuerza para huir del error y luchar contra los poderes de la corrupción de forma que en esta vida crezcamos en santidad y tras la desaparición nos regocijemos con la corona de victoria. Vas a recibir en tu dirección de correo electrónico nuestra política de privacidad de protección de datos, que tendrás que aceptar para el consentimiento que respeta el Reglamento General de Protección de Datos , y de qué forma corroborar la suscripción. Almacena mi nombre, e-mail y web en este navegador para la próxima vez que comente. Y que a la hora de nuestra partida, gocemos junto a ti de la existencia de tu hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Mira a los pequeños, a los jóvenes, a los novios, a los matrimonios, a las familias, a los jubilados, a los enfermos, a todos los que en ti han puesto su corazón y su seguridad.
Mírame con compasión y no me dejes, Madre Mía. Siete gracias que la Muy santa Virgen otorga a las almas que le honran diariamente, meditando sus dolores, con el rezo de siete avenarías. ¡Oh, María, llena de felicidad, Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Cristo y Madre Nuestra! Nuestra devoción es hacia la única Virgen María que cuida y también intercede por sus hijos con su amor de madre y espera de nosotros que seamos fieles seguidores de su Hijo, Jesucristo. ¡Oh Virgen bendita, promesa y refugio de pecadores! Infundid, Señor, vuestra felicidad en nuestras ánimas, para que, pues hemos creído la Encarnación de tu Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciada por el Ángel, por los merecimientos de su Pasión y Muerte, alcancemos la gloria de la Resurrección.
Cuál Es La Oración Que Se Reza A La Virgen María
Por la multitud que se preocupa por los demás. Por los sudores y sacrificios de los padres en su trabajo. Por los hijos que se esfuerzan en agradar. Vamos a recorrer con Jesús su sendero de la cruz y él nos va a acompañar en la vía dolorosa, llena de cruces, de la humanidad sufriente.
Las Imágenes de la Virgen María embellecen las Iglesias y los santuarios de todo el mundo, como signo concreto de nuestra fe, que es necesidad de amor. Es el amor de una madre, que acoje y consuela, que alenta y calma y, más que nada, que disculpa hasta el mucho más despreciable de los pecadores, devolviendole la promesa. En esta mujer, envuelta de la Felicidad de Dios y “llena de Felicidad”, confluyen las esperanzas y los anhelos de la raza humana que padece y que, en su nombre y en su rostro gentil, puede conseguir el amor más puro, verdadero y incondicional. La oración se encuentra dentro de los pilares de la vida cristiana. Nos une con Dios y nos ofrece fuerza para llevar una vida santa.